En ese momento mi corazón palpitaba a ritmo de coldplay y los dedos de mis pies estaban fríos como aquella noche. Sonreía, bueno, le sonreía a esa imaginaria imagen que en el sueño estaba delante mio. Deseaba tanto que estuviera conmigo que había soñado con el. Le anhelaba, o como tanto me gusta que el lo diga, le añoraba.
Mis heladas manos acariciaron aquel rostro, no me creía que el estuviera delante y para mi sorpresa, cuando no me esperaba nada mas maravilloso, lentamente fue rodeando mi tronco con sus brazos. Sus dedos me acariciaban ligeramente, era tan delicado cada movimiento, cada mirada, cada sonrisa y pestañeo, tan real que no parecía un sueño.
Nunca quise despertarme de ese sueño.
Ahora, nunca despierto de aquel sueño, el esta ahí, acariciando mi espalda con sus dedos o porlomenos no literalmente.
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